¡Pulseras arriba!



-Por Magui Leal

Es la primera vez que escribo una reseña, crítica u opinión acerca de una ficción, ya sea libro, película o serie. Es decir, nunca lo hice formalmente, porque soy de las personas que siempren tienen algo que decir, de las que tienen una opinión de todo y esto no es algo bueno, resulta que en ocasiones se vuelve un poco molesto para el resto de las personas porque nuestra opinión no siempre puede ser positiva, nuestra crítica no siempre puede ser acertada y al ser ambas producto de nuestra subjetividad siempre serán eso: solo nuestra percepción.

En mi primera vez haciendo esto quería hablar sobre una serie: Pulseras Rojas. Soy muy amante de las ficciones de televisión, siempre cuando están tan bien escritas y actuadas como esta. Pero para que me termine de encantar una serie tiene que tener un factor muy importante; tiene que realmente llegar a emocionarme, y con emocionarme quiero decir hacerme llorar, reír, odiar o amar junto con los personajes, tengo que “creérmela”, me encanta llegar al punto en el que me preocupo por los personajes como si fueran personas de verdad, me gusta la sensación que me produce cuando se desdibuja la línea entre la ficción y la realidad.

Para empezar hablando de la serie meramente: Pulseras Rojas o Polseres Vermelles como es su nombre original, es una serie catalana. Su creador es Albert Espinosa, Albert basó su serie en un libro que escribió, Mundo Amarillo, inspirado en su propia experiencia en el hospital como paciente. Él es director, guionista y también actor, pero antes se había recibido de ingeniero y mucho antes había sido un niño más dentro del hospital donde fue tratado en primer momento por un cáncer de tibia motivo por el cual le amputaron una pierna, más adelante el cáncer se extendió hacia el hígado y un pulmón pero él siguió luchando para convertirse en un héroe de carne y hueso que hoy nos comparte de manera muy especial sus experiencias.

Pulseras Rojas se trata de las aventuras de un grupo de niños que se conocieron en el hospital; sin necesidad de golpes bajos, ni drama gratis, ni cuestionamientos a nuestra moral Pulseras se trata simplemente de eso, de un grupo de niños viviendo una vida de hospital que no nos imaginamos, porque tenemos otra idea de ella. Como Albert dice en las primeras páginas de su libro; él y los niños de Pulseras Rojas-Lleò, Toni, Roc, Cristina, Ignasi y Jordi-, fueron felices en el hospital. Sí, felices con cáncer, con asperger, o con un trastorno alimenticio. Y tal vez resulte muy fuerte ver todas estas palabras juntas, felicidad y enfermedad son antónimos para nosotros. Pero es que son niños, niños muy especiales que no necesitan más que un par de compañeros para construir, a base de juegos, travesuras y alegría , su felicidad.

Hay muchas cosas que me gustan de Pulseras Rojas, pero nombrarlas todas sería realmente tediosas para un presunto lector por lo que voy a nombrar solo tres cosas: En primer lugar me encanta la manera tan especial en la que estos jóvenes actores encarnan los papeles, no me puedo quejar de ninguna actuación y no hay ningún personaje que me desagrade, todos tienen su encanto y, aunque tengo mis favoritos, sufro con cada uno de ellos cuando sufre, y sonrío cuando ellos sonríen. Estoy segura de que hasta el más exigente se va a quedar convencido y enamorado de estos personajes desde el primer episodio.

Otra de las cosas, y creo que por la que más aprecio esta ficción tan bonita, es que su historia comienza mucho antes de que se comenzara a rodar, es una ficción que está teñida de muchas anécdotas, experiencias muy reales, temas que se tratan de una manera muy diferente a lo común. Nos da una perspectiva diferente de la vida en el hospital. Nos muestra de manera enfática los logros, las felicidades y las fiestas pero nunca deja atrás las tristezas que son abordadas de una manera muy bella ¡Te emociona hasta las lágrimas!

Y por último, es una de esas ficciones que se traslada a tu vida diaria. Luego de leerla no serás el mismo; y no es una exageración. Pulseras Rojas tiene una línea muy delgada que la separa de la realidad, y es que los guionistas, directores y actores han logrado que una vez que terminen los cuarenta y cinco minutos tengas la sensación de que Lleò, Jordi, Toni, Cristina, Roc e Iganasi existen y aún están en el hospital planeando una nueva hazaña.

No soy una experta en nada, ni en guión, ni actuación, ni dirección. Pero creo que sé cuando una serie es entera bella. Soy una persona sensible, pero sé reconocer entre una mala y una buena actuación, sé cuando un actor me está entregando algo con lo que no puede conectarse y cuando me está mostrando algo con tanta pasión como lo hace cada actor aquí. No he leído mucho, pero he leído lo suficiente como para saber cuando un historia rompe las reglas de lo establecido y desborda belleza.

Alguien me dijo que “cuando no puedes dejar de ver, cuando no quieres que acabe: es arte” . Y deseo con muchas ganas que Pulseras Rojas nunca termine, de hecho no me he atrevido a ver el último episodio porque no quiero que acabe. Polseres Vermelles, es arte.

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